CARTA DE DICIEMBRE DEL PADRE JUAN JOSÉ RIBA

Córdoba, 28 de noviembre de 2008
QUERIDOS MISIONEROS DE LA VIRGEN PEREGRINA :
Esta es la última carta de este año que coincide con el comienzo del Adviento. Lo iluminamos a la luz del escalón 2009: “démosle a la Virgen una gran alegría: acerquémosle a nuestros niños”!.

Llegar a la Navidad por el camino de la filialidad

Jesús dijo: “Si no se vuelven como niños, no entraréis en el Reino de los cielos” (Mt 18,13). Sin tener corazón de hijo, es muy difícil captar la hondura del Evangelio navideño y vivirlo.
Ahora tenemos el Adviento que busca preparar nuestro corazón a la Navidad. El P.Kentenich afirmó una vez: “Dios se hizo hombre por el camino de volverse niño. Nosotros queremos ser divinizados por el camino de volvernos más niños”. Don Joao recordaba una vez lo siguiente: “En otra ocasión iba caminando por los campos, con un pedazo de pan en el bolso. No había tenido tiempo para comer. Joao usaba un rosario blanco, y caminaba para mantener el horario fijado: entonces era pan y rosario. ¡Gracias, Madre! ¡Oh, Madre!, al evocar estos recuerdos, te agradezco de corazón por la gracia que hiciste de conservar en mí el espíritu de un niño pequeño”.
Para poder vivir en profundidad este escalón 2009 debemos llegar a ser más niños como lo fue el Señor, el Padre Fundador, Don Joao. Aquel que posee corazón de niño y no ha dejado que se lo arrebaten las dificultades, las desilusiones, las cruces por un lado, o la arrogancia, el creerse que todo lo puede con su sola fuerza, la insensatez por el otro, tiene en su mano la fuente de la esperanza, la bandera de victoria, la templanza en el sufrimiento y, en definitiva, la mirada tierna y fuerte del Padre que lo contempla, conduce y utiliza con alegría como su instrumento.
Preguntémonos: ¿llego con corazón de niño a la Navidad ? ¿me dejo conducir por nuestra Madre a todos los lugares donde ella me lleva? ¿qué entristece o debilita mi espíritu de ser hijo?.
Conducir a otros por este camino
Cada visita de la Peregrina a una casa quiere despertar el corazón de niño que tiene el hombre, para poder así comprender y vivir el Evangelio. María como Madre tiene esa capacidad. ¡Cuántas veces varones que no rezan o van a la Iglesia , se los encuentra orando frente a la imagen a tempranas horas y preguntan cuando vuelve la Virgen que los visita!. Cuando llevemos a la Peregrina en este mes a las diversas casas o lugares que Ella visita, pensemos que quiere preparar a las personas, a las familias para la Navidad encendiendo en ellas un corazón de hijos.
Adviento es también un tiempo para preparar con hijos, nietos, con todos los niños que conocemos Navidad. Armar el pesebre, explicarles porqué hacemos eso, contarles la historia siempre nueva de la Navidad es para los niños y para nosotros una fuente de vida y de renovación. No dejemos pasar este tiempo: que los avatares de fin de año, la prisa, las compras, nos arrebaten sutilmente el motivo de todo: “Les anuncio una gran alegría: hoy ha nacido para ustedes un Salvador que es Cristo el Señor” (Lc 2, 10-11).
En el pesebre los recordaré a todos y pediré por todas las intenciones de nuestra esforzada y grandiosa Campaña a lo largo y ancho de toda Argentina. Me sigo confiando a sus oraciones y les envío mi bendición sacerdotal.
P. JUAN JOSÉ RIBA

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