Nuestro Credo Schoenstattiano

1. Creemos que Schoenstatt surge como una irrupción de gracias en el seno de la Iglesia Católica el 18 de octubre de 1914. Que la providencia condujo al Padre José Kentenich a sellar ese día una alianza con María en el valle de Schoenstatt, constituyéndolo así en padre y fundador de nuestra Familia.
2. Creemos que nutriéndose de las napas profundas del Evangelio e inspirándose en los signos de los tiempos, las voces del alma y la resultante histórica, el Fundador anheló la formación, tanto en sus propias filas como en la sociedad, de un hombre nuevo en una comunidad nueva.
3. Creemos que el Santuario es el origen, fuente de gracia y de comunión de los hermanos en Schoenstatt. Allí sellamos la Alianza de Amor con María, la Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt. Alrededor de él se reúne la Familia, crece nuestro sentido de pertenencia espiritual y conciencia misionera.
4. Creemos que debemos dar testimonio del lugar que María ocupa en el plan de salvación y de su misión en el tiempo actual: ella es la permanente compañera y colaboradora de Cristo en toda su obra de redención. La Mater tiene el oficio y encargo de ser imagen sublime y educadora materna del hombre nuevo y la comunidad nueva en Cristo.
5. Creemos que estamos llamados a aspirar a la santidad del día de trabajo. Queremos hacerlo mediante el fiel cumplimiento del deber de estado y por una respuesta generosa a los deseos del Padre.
6. Creemos que Cristo es el rostro de Dios Padre vuelto hacia el mundo y el Cordero victorioso que intercede por nosotros. Como miembros suyos, somos hijos en el Hijo y hermanos entre nosotros. En él y con él queremos amar y servir a la Iglesia para la vida del mundo.
7. Creemos que Dios nos permite reconocer su voluntad en los acontecimientos de la vida y la historia, en las voces del alma, en la estructura de ser de la creación y en los hombres. En libertad, Él nos invita por la fe práctica en la divina Providencia a hacer nuestros sus planes.
8. Creemos que Dios nos manifestó su paternidad y orientación en el Padre Fundador. En él hallamos el norte y el carisma que Schoenstatt quiere encarnar. Con alegría confesamos nuestra adhesión filial a él: “Padre, nuestro corazón en tu corazón, nuestro pensamiento en tu pensamiento, nuestra mano en tu mano”.
9. Creemos estar llamados a amar fraternalmente con fidelidad y respeto, a tomar iniciativas y cultivar la confianza y el perdón. Queremos que nuestra condición de familia se exprese en acogimiento cordial, el servicio abnegado y la corresponsabilidad. Guardamos silencio ante las faltas de los otros y sustentamos nuestra comunión por la oración y el deseo de asociarnos y complementarnos. El fin es ser “Con María, Familia del Padre”.
10. Creemos que el legado del Fundador, “Alegres por la esperanza y seguros de la victoria vamos con María hacia los tiempos más nuevos”, nos invita a nosotros -débiles instrumentos- a mirar con gratitud y compromiso el don y la tarea recibida. Schoenstatt para la Iglesia, la Iglesia para el mundo, el mundo para la Santísima Trinidad.
P. Guillermo Carmona

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