Sión del Padre, fiesta de todos los Santos 2010
QUERIDOS MISIONEROS DE LA VIRGEN PEREGRINA:
Antepuertas del Mes de María me siento de nuevo a retomar mi vínculo epistolar con todos ustedes. El P.Kentenich solía decir: “queremos vivir con la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios”.
La mano en el pulso del tiempo
La sorpresiva partida del ex presidente Nestor Kirchner ha sido para todos los argentinos un inmenso sacudón. Todos, de alguna manera, nos hemos sentido unidos por este suceso y hemos orado por el eterno descanso de su alma y por consuelo y fortaleza para su familia.
Lanata escribió: “esta mañana supimos otra vez que no somos inmortales; la sola idea es insoportable, por eso nos vamos a olvidar pronto de ella; ni siquiera el poder puede defendernos de ella”. Como creyentes tenemos otra visión de la vida: por un lado agradecemos y atesoramos todo lo bueno que haya hecho aquel que partió de esta vida, por otro pedimos que Dios tenga misericordia de él ya que todos seremos juzgados. Eso sí, “al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán examinados con rigor” (Sab 6, 6).
Esta nueva etapa, que ahora comienza, queremos vivirla como ciudadanos que, cuidando nuestra democracia, luchan por una Argentina para todos sin excluídos por razones políticas, religiosas, sociales o culturales. Seguiremos luchando por una patria que respete el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, por una patria donde la religión no sea encarcelada en las conciencias sino que siga modelando el ámbito público, por una patria sustentada por una cultura de la Alianza y no de la confrontación.
Preguntémonos: ¿sigo luchando por una patria para todos o he bajado los brazos?.
El oído en el corazón de Dios
En muchos lugares la Providencia nos habla. Esta vez escuchamos su voz a través de la Jornada de Delegados del Movimiento, que sacó el lema 2011: “Herederos del Padre, profetas de la vida”.
Como Don Joao queremos ser herederos del Padre. En 1963 decía en una carta: “vivo entusiasmado trabajando por el Reino de la Madre...Señor Padre, empleo todo mi pobre esfuerzo por ser yo también un pedacito pequeño de Schoenstatt. Mi espíritu vive preocupado por la fecha de fundación del 18 de octubre de 1914". El sentía que con su trabajo misionero tenía que ampliar la herencia del Padre, ser un Schoenstatt vivo y edificar ese pedacito de Schoenstatt que le tocaba a él. Lo hacía en la fuerza de aquella Alianza sellada por el Padre y los congregantes héroes en 1914, que continuaba viviendo en él de una manera muy original desde que le había dicho Sí a la Peregrina.
Hoy la vida humana está amenazada por la inseguridad, la tormenta del aborto, el desprecio de ella como se manifestó en luchas sindicales. Nosotros, como misioneros, queremos volvernos pequeños profetas del “evangelio de la vida”, no abandonarla sino cuidarla en todas sus manifestaciones y defenderla en todos los ambientes.
Como el Padre, como Don Joao lo hacemos no sólo contando con nuestras fuerzas, sino en Alianza con el Dios de la Vida y María, la Madre de la Vida. Qué hermoso sería si el primer paso que diéramos fuera promover muchas peregrinitas para bebés en riesgo y para embarazadas.
Me despido de uds y les envío mi bendición sacerdotal confiándome a su oración.
P.JUAN JOSÉ RIBA
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