Alertan que “fanáticos antirreligiosos” intentan robar el ser nacional

Buenos Aires, 30 Set. 10 (AICA)

La Sociedad Argentina de Ética Médica y Biológica (SAEMB) advirtió que “se observa dolorosamente que a nuestra Patria la están deslizando cada vez más por el tobogán que conduce al ateísmo militante, al relativismo moral y al vaciamiento de sus virtudes, valores, cultura y tradiciones, que vienen desde hace más de 400 años y que son fundantes de nuestra nacionalidad”.

En la declaración “Nos quieren robar la Patria y sus raíces” -con la firma de los doctores Luis Aldo Ravaioli y Abraham Stoliar, presidente y secretario, respectivamente-, la entidad calificó como “un despropósito autoritario, improcedente y sin sustento” el accionar de aquellos que perpetran este ataque, a quienes definieron como “ateos militantes, progresistas, laicistas, marxistas y masones”.

La Argentina no es una teocracia, desde luego, pero tampoco es un país laico o ateo como se pretende convertirlo aceleradamente en estos años. Es multicultural, pluralista, democrático, lleno de concordia y paz interior, pero no desconectado de sus raíces primigenias y ancestrales dadas por la religión católica, que catequizó, pacificó, creó colegios, universidades, imprentas, hospitales, etc.; y civilizó todo el Virreinato del Río de la Plata, y lo que queda de él, la actual República Argentina”, subrayó.

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La Sociedad Argentina de Ética Médica y Biológica (SAEMB), asociación civil, laica e independiente, no es , sin embargo; una entidad laicista ni anti religiosa. Y observa dolorosamente que a nuestra Patria la están deslizando cada vez más por el tobogán que conduce al ateísmo militante, al relativismo moral y al vaciamiento de sus virtudes, valores, cultura, tradiciones, etc; que vienen desde hace más de cuatrocientos años y que son fundantes de nuestra nacionalidad.
Renegar de ellas, ocultarlas o abolirlas por ateos militantes, progresistas, laicistas, marxistas, masones, etc., es un despropósito autoritario, improcedente y sin sustento.
La Argentina no es una teocracia, desde luego, pero tampoco es un país laico o ateo como se pretende convertirlo aceleradamente en estos años. Es multicultural, pluralista, democrático, lleno de concordia y paz interior, pero no desconectado de sus raíces primigenias y ancestrales dadas por la religión católica, que catequizó, pacificó, creó colegios, universidades, imprentas, hospitales, etc; y civilizó todo el Virreinato del Río de la Plata, y lo que queda de él, la actual República Argentina.
Pero los fanáticos antirreligiosos nos quieren robar nuestro ser nacional. Sobre todo desde 1983 hasta la fecha se dan directivas y leyes antirreligiosas gubernamentales, de los tres poderes nacionales y provinciales y hasta de municipios. En la Ciudad de Buenos Aires los gobiernos cambiaron el escudo de Juan de Garay, con un alto contenido religioso, por un óvalo con rayas verticales y horizontales, es decir, un isotipo que no dice nada. También quieren cambiar la bandera de la Ciudad porque tiene la Cruz de Calatrava, también creada por Garay.
Comenzó con el destape. la pornografía, cada vez más “hot” y procaz, con la precocidad y promiscuidad de nuestros jóvenes, con la “educación sexual” permisiva y concesiva, con la propaganda y uso del preservativo y de todo tipo de anticonceptivos .Se legalizó el control de la natalidad, el divorcio, el aborto y el infanticidio, la “muerte digna”, eufemismo para referirse a la eutanasia, el bebé de probeta y la manipulación genética, el desconocimiento y negación de la objeción de conciencia, el casamiento de personas del mismo sexo y la capacidad de adoptar.

No estuvo ausente la despenalización del consumo de drogas y la tolerancia al alcoholismo y al desenfreno, a la violencia de todo tipo, al aumento de los delitos, la igualdad de género, el cambio de sexo, el retiro de los crucifijos e imágenes religiosas, el traslado propuesto de los restos de San Martín de la Catedral de Buenos Aires, la confrontación y persecución, solapada o abierta, según los casos, contra la Iglesia Católica y sus ministros, ya que no quieren que la Patria sea un bien y la Nación una tarea y que odian un Bicentenario en justicia y solidaridad.
El mal ejemplo de los manejos de los dineros públicos, la corrupción y la impunidad, la mentira, la mezcla de cinismo e hipocresía, la orientación hacia un socialismo al estilo europeo, al tiempo que coquetean con Castro, Morales, Ortega, Chávez, Correa y otros personajes por el estilo, y un largo y triste etcétera.
La SAEMB repudia este vaciamiento descarado de nuestro ser nacional y en la medida de sus posibilidades se opondrá abiertamente, como lo viene haciendo desde hace treinta años.+

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