Consagración de nuevos Misioneros en el Aniversario del fallecimiento de Joao Pozzobon. 27/06/2010

EN EL SANTUARIO DE TUCUMÁN, TAMBIÉN SE VIVIÓ EL MUNDIAL!

25º aniversario del fallecimiento de JOAO POZZOBON

Tarde de alegría en el Santuario de la Mater, en Tucumán. El 27 de Junio pasado, la Campaña del Rosario conmemoraba el paso al Schoenstatt celestial de Joao Pozzobon.

Cuando se fijó esta fecha para la consagración de los misioneros que con total entrega se estaban preparando para la misión, nadie sabía que ese día Argentina jugaría los octavos de finales de la Copa del mundo de fútbol. Pero aún sabiéndolo, los 25 años de la muerte del fundador de la Campaña del Rosario, impulsaban a no posponer la ceremonia.

Con todos los inconvenientes del caso: traslado muy temprano al Santuario para que el resto de la familia pudiera disfrutar el partido, escasos medios de transporte, (aunque parezca increíble, la ciudad estaba casi paralizada), comenzaron a llegar los misioneros y peregrinos.

Venían con banderas argentinas y con las imágenes peregrinas cubiertas con la enseña patria. El cielo también se tiño de celeste y blanco.

Pero en el Santuario Jardín de María se jugaba otro mundial: 28 nuevos misioneros se sumaban a la misión de llevar al mundo la Virgen y su Hijo. Un desafío importante en estos momentos en que la familia se encuentra en peligro, por la posibilidad de sanción de una ley de matrimonio de personas del mismo sexo.

Argentina ganó ese día el partido. Todo fue algarabía, al grito de Argentina, Argentina! Y Joao conquistó nuevos manos y pies para acompañar la Mater. ¡Vamos Joao! ¿Nos acompañas?

QUEREMOS SER LUZ QUE ENCIENDA EL MUNDO

El Santuario parecía agrandarse para cobijar a todos los peregrinos. En ese pedacito de Cielo se notaba el calor humano. Rostros expectantes, emocionados… El Padre Ortega, sacerdote que celebra Misa en el Santuario, fue llamando uno a uno a los nuevos misioneros para entregarle la imagen. Les habló de misión y compromiso.

Se trasladaron luego al memorial de Joao Pozzobon, en el mismo predio del Santuario, donde rezaron un rosario viviente, comprometiéndose a ser luz para el mundo. Uno a uno fueron desgranándose padrenuestros y avemarías, y el fuego fue encendiéndose!

En peregrinación se dirigieron al salón de usos múltiples, donde se celebraría la Eucaristía.

Juan Pablo, nuevo misionero, fue el elegido para llevar la Auxiliar hasta allí. Con alegría confesó que anhelaba cargar al hombro la peregrina, como Joao.

Continuando con las emociones, recibieron al Padre Guillermo Mario Cassone, recién llegado de Roma, que quiso compartir su cumpleaños con la familia tucumana de Schoenstatt.

El Padre Guillermo Mario, misionero de corazón y muy querido por todos tucumanos, habló en su homilía sobre Joao Pozzobon, su vida y su lucha por la Campaña del Rosario e invitó a todos los misioneros a imitarlo.

Al finalizar la Santa Misa, una enorme torta apareció inesperadamente. Mientras todos cantaban “cumpleaños feliz”, el P. Guillermo sopló y sopló sobre la vela, pero no pudo apagarla. Imaginó que representaba el fuego de la Campaña, que no se apaga, crece. Como decía el P. Esteban Uriburu: “Hay que incendiar

La Campaña del Rosario quiere ser un gran incendio. Contagiar el fuego que enciende los corazones y que abre puertas de hogares, hospitales, escuelas, el mundo entero.

Joao dejó una misión y los misioneros aceptaron el legado.

Discípulos misioneros por los caminos. Fieles al ideal de la Campaña del Rosario de Tucumán: “Unidos en alegría y servicio, instrumentos de María, para la transformación del mundo”









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