Conociendo nuestra historia...

PERSONALIDADES DE SCHOENSTATT

GERTRAUD VON BULLION: UN INSTRUMENTO DE MARIA
Gertruad nació el 11 de Septiembre de 1891, dentro de una familia perteneciente a la nobleza de esa época. En virtud de ello le correspondía el título de condesa.
Recibió una profunda formación en razón de sus antecedentes familiares pero eso no la hizo sentirse mejor que los demás sino mas bien convertirse en la última responsable por el bienestar de todos sus semejantes.
Ella tenía la palabra “Sierva” grabada en su medalla y servir como un instrumento fue su programa de vida.
A pesar de que nadie en su familia practicaba el catolicismo, Gertraud fue muy receptiva en materia religiosa. Su espiritualidad era la típica de los Institutos de los Sagrados Corazones de Austria, Bélgica e Inglaterra donde ella recibió su educación.
Ella admitía que tenia dos pasiones”: Ayudar a la gente, a todo aquel que lo necesite y saber que Dios era amado y venerado en todas partes.
Su padre y su hermano eran altos oficiales del ejército y su amor por su patria hizo que Gertraud se inscribiera como enfermera voluntaria en la Cruz Roja durante la primera guerra mundial.
Ella se dedicó durante cuatro largos años al cuidado de los heridos y moribundos, sin preocuparse de la clase de trabajo que le correspondía o que le asignaban por poco grato que éste fuere.
Se convirtió en un símbolo del catolicismo para las otras enfermeras y soldados y se supo conquistar los corazones de todos con su devoción y cuidado. Nunca evitó el cumplimiento de sus deberes, especialmente los de carácter apostólico.
Gertraud fue versátil y altamente talentosa. Se distinguió por su claro conocimiento y pensamiento y por su cálido corazón y segura decisión.
En adicción, ella poseía habilidades artísticas y musicales.
Siempre expresó el deseo de ser una hermana misionera o ser una enfermera registrada o recibir una educación en música.
Ella escribía:
"Cuando en primavera contemplo un árbol en flor, siempre pienso en el alma ataviada y engalanada como una novia por la gracia divina. Y desde lo hondo de mi corazón asciende un ruego: 'Señor, que el amor cubra también de flores mi alma'. Cuando los árboles florecen, es entonces cuando aman y cuando un alma ama, florece ante los ojos de Dios con mayor belleza que el peral colmado de las corolas más níveas y fragantes.Cuántas flores tiene que echar un árbol para poder dar algunos frutos? Cuántas veces debe jurar nuestro corazón su amor hasta que esa fuerza dé los frutos del sacrificio? Muchas son las flores que tiene que echar un árbol para que madure uno de sus frutos, y mucho es el amor que debe arder en un alma hasta que sea capaz de hacer sacrificios."
Su personal y familiar condición y las dificultades propias de la época la hicieron desistir de sus planes y, entonces, se decidió por el servicio a Schoenstatt que constituiría, de ahí en adelante, toda su vida.
Gertraud fue elegida y usada como un instrumento. En Cambray y, después, en los hospitales de guerra de Mons y Hasselt, en Bélgica, se desempeñó como enfermera con sacrificio y entrega maternal.
Fue sacristana, formó un coro de enfermeras, copiaba partituras y ensayaba canciones en varias voces. En Noviembre de 1918, el hospital fue cerrado y el retiro del ejército alemán, una vez terminada la guerra, fue compartido por Gertraud, quien a los veintisiete años y con su salud en estado precario debió regresar a la casa de sus padres.
Su madre había muerto durante la guerra y su padre estaba muy enfermo. Gertraud se quedó haciéndole compañía y cuidando de él.
Gertraud había conocido a un enfermero miembro de la Congregación Mariana de Schoenstatt: Franz Xavier Salzhuber, quien le regaló un cuadro de la Mater, le consiguió literatura del movimiento y mandó a inscribir el nombre de ella en el “Album de los Protegidos” en el Santuario.
También había entrado en contacto con el padre Kentenich, quien había comenzado a ser su consejero a pesar de que Gertraud no era aun parte de Schoenstatt. Estos contactos le permitieron conocer de la Fundación de la Federación Apostólica de Schoesntatt, en Horde, el 20 de Agosto de 1919.
Al inicio, las mujeres no podían formar parte de la Federación, razón por la cual se le recomendó unirse a la Liga Apostólica.
Con su prima, Marie Christmann, formó oficialmente un grupo de la Liga, pero se impusieron voluntariamente el cumplir con los requisitos y regulaciones propios de la Federación.
En Octubre de 1920 se les invitó a unirse a la Federación y el 8 de Dciembre de ese año hicieron su consagración individual.
Gertraud fue designada como co-fundadora y reforzó entonces sus anhelos de dedicarse a la lucha por el Reino de la madre Tres veces Admirable y de su Hijo.
La primera jornada de mujeres de Schoesntatt fue en agosto de 1921 y ella hubo de venir desde Badlippspringe, sitio en donde estaba sometida a un tratamiento de sus enfermos pulmones.
Vinieron para esa reunión 35 interesadas y fue el propio Padre Kentenich quien dictá esas charlas. Le tocó a Gertraud, ya una dirigente reconocida, el formular la oración común de consagración para todas las integrantes:
“Querida Madre, Señora y Reina Tres veces Admirable, Tú nos has convocado también a nosotras, las mujeres, a militar bajo la bandera de los que se han entregado especialmente a luchar por tu causa....
Te pedimos que bendigas estos inicios del Movimiento Apostólico Femenino .... para que esta débil plantita crezca y prospere en fidelidad a ti, para gloria de tu divino Hijo.”
Le federación crecía rápidamente. La región de Munster fue la primera en conseguir su autonomía en Octubre de 1922, durante un encuentro en Schoenstatt. Esas separaciones se continuaron produciendo y al final Gertraud solo tuvo a su cargo a la región de Baviera.
Las crisis de salud de Gertraud continuaban pero ella lo ponía todo en manos de la Mater y se entregaba a ella y al Movimiento cada vez con mas fuerza. Los años siguientes fueron muy duros y no faltaron las crisis de fe pero a final Gertraud se ofrecía a la Mater y a su divino Hijo.
El 16 de Abril de 1925, 20 federadas hicieron su consagración perpetua, Gertraud entre ellas. El mismo padre José vino a bendecir las primicias de las columnas femeninas y el personalmente aprobó la oración conjunta de consagración. En ella Gertraud y su compañeras se entregaron como esposas puras y virginales.
Gertraud describió la celebración de la consagración asi:
“Habíamos entregado todo y, a cambio, recibíamos a Jesús. ¡Oh, trueque feliz!... Pedimos que se dejasen las veinte velas encendidas delante del sagrario, a los pies de Maria santísima. Ardieron todo el día..... Eran en realidad veinte corazones consumiéndose por su Dios....”.
En 1926 las primeras federadas fueron a vivir a Schoenstatt y se fundó la comunidad de Hermanas de María. Largos meses de guardar cama duraron hasta 1927 en que Gertraud algo recuperada pudo participar en la bendición de la primera piedra de la Casa de ejercicios de Schoenstatt, el dia 9 de Junio, la cual fue inaugurada un año después, en agosto de 1928.
La Pascua de 1929 fue su ultima estadía en el santuario pues en Mayo sufrió una grave neumonía que hizo necesario que, en Julio, Gertraud fuera internada en el hospital de Geislingen.
El 11 de octubre de 1929 hubo de ser trasladada al sanatorio de Isny, donde el 22 de Noviembre recibió la unción de los enfermos. Una breve mejoría y el 16 de abril del año siguiente renovó la consagración y el voto privado de virginidad.
Los días siguientes fueron verdaderamente duros hasta el 10 de junio de 1930 en que entró en agonía para descansar en la paz de Cristo a las 03h00 del miércoles de Pentecostés, el día 11 de junio.
El 13 fue enterrada en la tumba familiar en Kempten. Una de las federadas que asistió a la ceremonia escondió su broche de la MTA entre las flores para que Gertraud no fuere enterrada sin un signo y un saludo de la Madre Celestial, a quien tanto había amado.
La Condesa Gertraud von Bullion fue toda su vida un instrumento de María.

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