El 31 de Mayo no es solamente historia, sino que comprende un contenido de enorme urgencia y actualidad para nuestra situación argentina. Su mensaje corre peligro de empobrecerse ante la necesidad de resumirlo en esta hoja. Por ello invitamos a todos a no descansar hasta no haber profundizado con sus grupos o personalmente esta importante irrupción de Dios en nuestra historia schoenstattiana.
Para analizarlo, es necesario reconocer en el P.Kentenich a un profeta que supo mirar la realidad que lo rodeaba, interpretarla y encontrar caminos para salvarla. Un profeta que se jugó por su misión (no hace falta hablar del exilio, pérdida de su fama y de su familia etc) no debe ser “domado”, “institucionalizado” o reducido a un recuerdo nostálgico. También queremos partir de la idea de misión como tarea realizada con pasión. Queremos ser hijos de ese Padre Profeta, sumergirnos en nuestra realidad, no taparnos los ojos sino tomar fuertemente las riendas de este mundo que nos toca vivir para conducirlo a Dios. Y esa tarea debe comprometer toda nuestra vida y toda nuestra persona, deberá ser la fuerza motora que le de sentido a nuestro actuar. Sin mediocridades ni tibiezas, sin prisas pero sin pausas. Con toda la pasión de la que es capaz nuestro corazón.
Brevemente señalamos tres elementos de análisis de la realidad a la luz del 31 de mayo:
1-El hombre ha cortado su diálogo con Dios: No hay lugar en este mundo para lo trascendente, para Dios, se ha cortado el diálogo con El. Un mundo secularizado nos rodea, basta analizar los valores que encontramos en nuestros políticos, en los diarios, en la tele, en la educación etc.
2-Se perdió la capacidad para ver la vida y la realidad tal cual es. Hay una ruptura del diálogo con la realidad, el hombre ha perdido contacto con ella. Sueña, juega roles, aparenta ser algo…Es la separación entre teoría y vida.
3-Separación de los conjuntos orgánicos: aquello que debía estar unido, entrelazado, vinculado, se separa, se vuelve antagónico: varón-mujer, padres-hijos, empresario-trabajador, inteligencia-sentimientos-voluntad. Todo eso que Dios creó como una realidad unida, el hombre lo separa conscientemente. Por ejemplo: lo importante en el amor es el sexo y no el diálogo personalizado ni la capacidad de transmitir vida. Se separan realidades que de hecho deberían estar unidas.
Ante este diagnóstico de la realidad el P.Kentenich propone una terapia: el organismo de vinculaciones: ver la realidad distinguiendo las partes pero viéndolas unidas en base a un principio interior que es el alma. El pensar mecanicista en cambio, es distinto, ya que contrapone o separa lo que debería estar unido. Pero si a la teoría sobre el pensar mecanicista y sobre el pensar orgánico les falta una aplicación práctica, quedamos en una auténtica intelectualización. Por eso es importante hablar de caminos a seguir para lograr el organismo de vinculaciones.
1*-La vinculacion a la Virgen: La Mater es el mejor camino para romper el mecanicismo y vivir el organismo de vinculaciones. Un auténtico amor mariano ayuda a crecer en el pensar orgánico. El Padre cuando habla de María no habla solamente de Ella, eso será mecanicismo, sino que habla de Ella en su relación a Cristo y de ambos unidos a la Santísima Trinidad.
2*-La vinculación al Padre: El encuentro y la vinculación con el Padre como persona paternal, regala al hombre seguridad, firmeza, capacidad de lucha, posibilidades de decisión y victoriosidad. La persona debe entregar realmente su corazón a este Padre, no solo su mente, sino toda su persona. Se sobreentiende que estamos hablando de entrega espiritual. En la medida en que una persona puede entregarle a otra su corazón, como expresión de su pertenencia a Dios, está logrando el organismo de vinculaciones.
3*-La vinculacion a un lugar: Fundamentalmente este lugar debería ser el Santuario o las ermitas o los Santuarios Hogares. El Padre hablaba siempre de arraigo al “terruño”. Una persona sana está vinculada a lugares que son su hogar, su terruño. Son su refugio, el lugar donde hecha raíces y crece, por el que trabaja y lucha, al que regresa cada jornada y del que parte a nuevas conquistas. Todos estos contenidos tan llenos de vida deben tener nuestros Santuarios.
4*La capacidad de amar: Todo este gran organismo de vinculaciones se concreta en la capacidad de amar y por eso el Padre habla de la “Cruzada del amar, pensar y vivir orgánico”. Sólo el amor une sin anular identidades. En la medida en que la persona trata de vivir el amor verdadero, de servicio, de entrega y de donación, está viviendo el amor orgánico.
5*-Espíritu de familia. La familia es el ámbito donde todas las vinculaciones se dan: la vinculación a Dios, con el cónyuge, con los hijos, con el trabajo y con un lugar. La familia que cultive el espíritu de familia, vive el organicismo. Cuando esto no solo se vive, sino también se piensa, se siente y se intelectualiza, tenemos un organismo pleno: vivir, pensar y amar orgánicamente.
Como vemos el punto neurálgico del 31 de Mayo es el organismo de vinculaciones. Jugarse por la familia, por el amor, por la vinculación a un lugar, por el Padre y por la Mater es crear un universo nuevo y anticipar nuevos tiempos. Hemos recibido una misión. El P.Kentenich usaba la palabra cruzada. Una cruzada no es una operación superficial de medio día. Una cruzada es una pasión que toca la vida, el corazón y todo nuestro ser, por la que debemos luchar y la que debemos trasmitir. Tenemos una misión para la Iglesia y el mundo. Pero no puedo trasmitir algo que no vivo, por eso es necesario que en primer lugar viva el organismo de vinculaciones. Esto no será fácil. El P.Fundador invitó a todos los Santuarios filiales a ofrecer su Capital de Gracias, sus esfuerzos, su vida y su lucha para que esta misión se realice. El mismo tuvo un gozo inmenso al ver como los Santuarios se expandían por el mundo, ya que podían traer este cambio renovador, este espíritu nuevo, el mundo del organismo de vinculaciones, para engendrar un nuevo tiempo en donde los hombres vivan los verdaderos y auténticos vínculos . Schoenstatt puede dar su aporte y de este modo acelerar el advenimiento de la transformación del mundo y de la Iglesia. Y para que esto se cumpla necesita de vos.
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