CARTA DE DICIEMBRE DEL P. JUAN JOSÉ RIBA


Sion del Padre, 1er domingo de adviento 2010

QUERIDOS MISIONEROS DE LA VIRGEN PEREGRINA:

En este primer domingo de adviento donde recordamos los 75 años de la llegada de las Hnas de María a Argentina me siento a escribirles esta carta.

Adviento: un mes para esperar la Vida

Varias personas me han preguntado: Padre, ¿qué nos pasa? Estamos agresivos, pasados de vueltas, corriendo detrás de todas las cosas, enojados con nosotros mismos y con quien se nos cruce en el camino, el calor nos mata y el umbral de paciencia y respeto es pequeño; no vale la pena vivir la vida de esa manera. Estamos como descontrolados y descentrados.

Y en esta situación de fin de año escuchamos la palabra del Señor:“Preparen el camino al Señor, Él está cerca” (cfr Lc 3, 3). El Evangelio siempre está cerca de la vida de los hombres y él mismo es anuncio gozoso de la Vida eterna regalada en Jesús, nuestro Señor. Se nos dice que alguien está cerca, quiere visitarnos, estar con nosotros. Pronto viviremos la Nochebuena y podremos asombrarnos del “Dios entre pañales”, como le gustaba decir al P.Kentenich. Para eso necesitamos abrir nuestra alma, nuestra familia, nuestro barrio o pueblo, Argentina para que Jesús nazca en nosotros. En este valle, la Vida se hace presente para renovar en su pequeñez toda vida que se abra a ella.

Preguntémonos: ¿estoy aprovechando este tiempo de Adviento para prepararme y preparar la Navidad a los míos o me he dejado atrapar por las urgencias de la vida y estoy como atontado?.

La Visita de María: un canto a la vida

Si en la última carta les recordaba a la Peregrina de la embarazadas, en ésta quiero destacar a la Peregrina de las familias. En el último encuentro del EAN afirmábamos que debíamos ser pequeños profetas de la vida. ¿Cómo? Llevando a María a las familias. Cuántas familias han despertado a una vida nueva con la visita de la Peregrina. Para algunas fue recomponer los vínculos familiares rotos o heridos, para otras, despertares a una nueva vida de fe al preguntarse si no deben regularizar su matrimonio, bautizar a sus niños o retornar a la misa dominical en la parroquia. Cuántas familias han hecho la experiencia de Isabel:“¿quién soy yo para que la Madre de mi Señor, me visite. Pues mira: apenas oí tu saludo, el niño salto de alegría en mi corazón” (Lc 1, 43).

Como profetas de la vida queremos luchar por defender y promover la vida y para eso hemos encontrado un instrumento apto: la visita de la Peregrina a las familias. Ella como Madre de la vida sabe sanar la vida dañada, despertar una nueva esperanza en una vida desanimada, acoger los pequeños regalos y colmar de su ternura y misericordia a todos los que se acercan a Ella con fe, fortalecer las rodillas débiles para que vuelvan a caminar, encender una sonrisa en los tristes. ¡Démosle a la Virgen en este Adviento, con nuestra Campaña, oportunidades para que cuide de la vida familiar, cuna de la vida en los barrios, los pueblos y ciudades de nuestra Argentina!.

Preguntémonos: ¿quién está esperando la llegada de la Peregrina en este adviento? ¿a quién debo llevarle especialmente este inmenso regalo?.

Les deseo que todos tengan un bendecido tiempo de Adviento una Feliz Navidad. Me sigo confiando a la oración de ustedes y les envío mi bendición sacerdotal

P.JUAN JOSÉ RIBA

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