Querida Madre del Señor y Madre nuestra:
Con alegría peregrinamos a tu santuario.
La fe providencial del Padre Kentenich
te motivó a construir una casa en Schoenstatt.
A la sombra de tu Santuario surgió una familia,
un nuevo camino espiritual en la Iglesia
Y un carisma para nuestro tiempo.
Llenamos las vasijas del santuario
con nuestros dones:
Con el agradecimiento y la entrega,
con el arrepentimiento y el anhelo.
Te pedimos con cada paso de nuestra peregrinación:
Aviva nuevamente en nosotros
el fuego del amor a ti,
a la familia y al Padre Kentenich.
Danos fuerza para plasmar
una cultura de Alianza en nuestro mundo,
edúcanos para ser tus misioneros de este siglo.
“Tu alianza, nuestra misión”
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