
SECRETARIADO Padre JOSE KENTENICH
Decía Jesús: “¿A que es semejante el Reino de Dios? ¿A que lo compararé?
Es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y lo puso en su huerto y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas” (Lc.13,18-19)
Empezamos a prepararnos a festejar los diez años de Santuario, en abril del año próximo. Descubrimos los hijos del padre Kentenich, que la familia de Tucumán, puede compararse con la semilla de mostaza, que crece y crece bajo la gracia y protección de la Santísima Virgen tres veces Admirable de Schoenstatt.
Recordemos el pequeño comienzo, el 18 de octubre de 1.914. El pequeño grano de mostaza fue el sí, el sí con que incondicionalmente se consagraron a la Santísima Virgen, el fundador y unos pocos estudiantes. ¿No fue aquello como un grano de mostaza?
Fue el Dios del Amor, que llama, santifica y prueba. Nuestro fundador fue probado, no pocas veces.
Fue el Dios del Amor, el que lo purificó, le dió las fuerzas de perseverar con confianza y sin amargura.
Fue el Dios del Amor, que anunció cada vez con mas intensidad el padre Kentenich. El se definía a sí mismo como “obra e instrumento” de María.
Igual cosa decía respecto a Schoenstatt. Su entrega a María siempre comprendió y fue la proyección apostólica.
Hemos sido llamados a participar con y como María, la compañera y colaboradora de Cristo Jesús, en su obra redentora.
La Alianza de Amor se proyecta y se prueba en nuestro compromiso apostólico.
El secretariado los invita el 15 del corriente a la hora santa a 17hs.
En el Santuario
Decía Jesús: “¿A que es semejante el Reino de Dios? ¿A que lo compararé?
Es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y lo puso en su huerto y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas” (Lc.13,18-19)
Empezamos a prepararnos a festejar los diez años de Santuario, en abril del año próximo. Descubrimos los hijos del padre Kentenich, que la familia de Tucumán, puede compararse con la semilla de mostaza, que crece y crece bajo la gracia y protección de la Santísima Virgen tres veces Admirable de Schoenstatt.
Recordemos el pequeño comienzo, el 18 de octubre de 1.914. El pequeño grano de mostaza fue el sí, el sí con que incondicionalmente se consagraron a la Santísima Virgen, el fundador y unos pocos estudiantes. ¿No fue aquello como un grano de mostaza?
Fue el Dios del Amor, que llama, santifica y prueba. Nuestro fundador fue probado, no pocas veces.
Fue el Dios del Amor, el que lo purificó, le dió las fuerzas de perseverar con confianza y sin amargura.
Fue el Dios del Amor, que anunció cada vez con mas intensidad el padre Kentenich. El se definía a sí mismo como “obra e instrumento” de María.
Igual cosa decía respecto a Schoenstatt. Su entrega a María siempre comprendió y fue la proyección apostólica.
Hemos sido llamados a participar con y como María, la compañera y colaboradora de Cristo Jesús, en su obra redentora.
La Alianza de Amor se proyecta y se prueba en nuestro compromiso apostólico.
El secretariado los invita el 15 del corriente a la hora santa a 17hs.
En el Santuario
Norma Benedek
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