María los llamó por su nombre

CONSAGRACIÓN DE MISIONERITOS EN EL SANTUARIO DE TUCUMÁN
El día amaneció frío y nublado, ese domingo 22 de abril,  como si la Mater dijera: “pruébenme con hechos…”
Por las ventanas del salón de usos múltiples (SUM) del Santuario de Tucumán, podía verse llegar grupos de niños acompañados por padres y familiares. Luego de visitar a María en su trono de gracias, arribaban al salón donde sus vidas cambiarían: se convertirían en instrumentos de la Mater; en sus brazos y pies.
Las misioneras que los habían preparado para este día miraban con cariño la obra de tantos días de dedicación: 78 niños y jóvenes se consagraban misioneros. En algunos casos, dos niños portarán una imagen, en otros, cada uno asumirá la misión en forma personal.
Niños de Lules, Tafí Viejo, San José, Yerba Buena, Parroquia San Juan de la Cruz y del centro de la ciudad, llevarán 54 imágenes peregrinas a sus escuelas y colegios, para que María peregrine entre las familias de sus compañeros y maestros. Muchos asumen la misión por primera vez, pero hay quienes eligieron volver a convertirse en burritos de la Mater. Esta misión se realiza durante el período escolar. Los misioneritos reciben las imágenes peregrinas al comenzar el período lectivo y la regresan al Santuario cuando finaliza el año escolar.
Luego de un refrigerio, donde pudieron estrechar vínculos, el P. Guillermo Cassone les dio la bienvenida y comenzó la ceremonia de consagración. Ella es la gran misionera, Ella obrará milagros, brotaba de los labios de los que anhelantes se acercaban a recibir su peregrina, porque ya la sentían así.

CON LA ALEGRÍA DE SABERSE COBIJADOS POR MARÍA

A pesar de que el sol se había escondido ese día, la sonrisa de los niños iluminaba la tarde. Su entusiasmo, frescura y alegría contagiaba a los que  concurrieron a compartir tan importante acontecimiento. Con sus peregrinas en alto, seguían cantando: Ella es la gran misionera, Ella obrará milagros!!! Sus rostros, vueltos hacia el Santuario, saludando a la Mater.
Durante el ofertorio de la Santa Misa, 78 flores blancas llegaron al altar, en manos de un grupo de misioneritos. Esas flores, que simbolizaban la inocencia, fueron ofrecidas  juntamente con una vasija donde cada niño depositó un corazón en el que había escrito su ofrecimiento personal.
Nahuel cumplió años el día 17 de abril y preguntaba si ese era su regalo de cumpleaños!
Finalizada la Misa, no faltó la esperada foto grupal y por supuesto, la de cada niño con sus padres y amigos.
La misión recién comienza. Todos los años da muchos frutos. De esta manera, como Madre y educadora camina nuevamente en los colegios y escuelas de este jardín de la República, Tucumán.
GRACIAS, MADRE, POR ACOMPAÑAR SIEMPRE A TUS HIJOS DE ESTA PROVINCIA! SANTUARIO VIVO, HOGAR PARA EL MUNDO!












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