Carta de Alianza Navidad 2011

Queridos hermanos en la Alianza:

Hace unos años pasé por Glew, una pequeña ciudad cercana a Florencio Varela, y recordé que allí, en la Iglesia de Santa Ana, hay una colección de murales con la historia de la Virgen María y Santa Ana pintados por gran maestro Raúl Soldi. ¡Dios nos regala tesoros que están escondidos en lo simple y pequeño! Una imagen del mural de la adoración al Niño Jesús ilustra esta carta de Navidad.

Al contemplar esta obra nos sorprende el color azul del cielo, como si la noche estuviera iluminada por una hermosa y suave luz que todo lo abraza. Vemos a los reyes en segundo plano: son distintos entre sí y llevan grandes regalos al Niño Jesús; detrás aparecen dos servidores cuidando un hermoso caballo blanco. Pero en primer plano aparece un pastor; lleva vestiduras sencillas como las de San José, está de rodillas frente al Niño y a su Madre y no se ve ningún presente suyo, pero tiene un lugar privilegiado en la Adoración: sus manos casi tocan a Jesús.

¿Cómo nos acercamos a Dios? Podemos hacerlo de diferentes maneras: como los reyes que le dieron sus regalos, como los servidores que llegaron sin quererlo acompañando a sus señores, o como el simple pastor que, con sus compañeros, fueron siguiendo el llamado de los Ángeles de Dios (Lc 2, 15-20).

Navidad es el tesoro de Dios escondido en lo simple y pequeño. ¡Dios nos llama a adentrarnos en el misterio de la Navidad! Podemos llegar con nuestros regalos o solo con nuestra pobreza entre las manos. Lo importante es llegar a Él con un corazón creyente y abierto, como María, José, los pastores y los reyes. Se trata de escuchar y recibir la Palabra, ponernos en marcha y buscarlo, adorarlo y anunciarlo compartiendo este gran Don. La Navidad es un llamado a vivir en Alianza con Dios y con los hombres.

Queridos hermanos, en esta Noche Santa acerquémonos a María. Ella nos regala a su Niño, el Dios con nosotros, que en su pobreza y pequeñez quiere fortalecernos en la fe, animarnos en la esperanza y enriquecernos en el amor. Acerquémonos con fe al pesebre de Belén: allí nos espera el Dios-Amor quien nos invita a ser su Santuario vivo y hogar para el mundo.

“Tu Santuario es nuestro Belén, en cuya aurora Dios se regocija”.

P. José Kentenich

Reciban un cordial saludo y bendición para ustedes, sus familias y comunidades.

¡Feliz Navidad y bendecido año 2012!

P. José Javier Arteaga

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