
Estoy regresando de
La verdad es que vivimos una mañana de cielo, con un clima muy agradable y en un clima espiritual gozoso y sereno, con momentos de euforia y momentos de silencios prolongados y compartidos.
Cuando el Papa Benedicto XVI pronunció las solemnes palabras de Beatificación se produjo un larguísimo y entusiasta aplauso que llenaba toda
Era realmente sentirlo presente y vivo, en medio de ese pueblo peregrino que representaba a todo el mundo y a tantos que lo seguían por televisión.
La hermosa homília del Papa Benedicto XVI fue como una fotografía del alma de Juan Pablo II, con su amor tierno y viril a María,expresado en el Totus tuus, con su amor paternal por cada ser humano y por la humanidad entera, con su apasionado anuncio de Cristo para que le abramos todas las puertas a El, con su predilección por los pobres y dolientes, por los jovenes y las familias, con su permanente esfuerzo por sembrar la paz entre los pueblos, las culturas y las religiones,con su profunda vida espiritual que era la fuerza que lo movía.
Esta segunda Pascua nos hace sentir que Jesús está vivo, que es el verdadero Redentor del hombre y que podemos mirar el futuro con una esperanza que sea capaz de impulsarnos a la acción misionera y evangelizadora. Nos hace sentir Iglesia, pueblo peregrino hacia
Siempre los santos despiertan santidad, anhelos de imitarlos, certeza de su cercanía e intercesión, ganas de vivir la fe con esperanza,y el amor con obras.
Deseo para quienes lean estas líneas que se pongan la pregunta sobre el sentido de sus vidas y que nos dice a cada uno la persona de Juan Pablo II.
He rezado en esta celebración por todos Uds. y por tantas personas que llevo en el corazón, para que a todos les alcance la bendición de Dios por intercesión del Beato Juan Pablo II.
P. Guillermo Mario Cassone
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