CARTA DE DICIEMBRE DEL P. JUAN JOSÉ RIBA

Sión del Padre, 27 de noviembre de 2009

QUERIDOS MISIONEROS DE LA CAMPAÑA:

“Vivamos el rosario para transformar nuestro corazón y nuestra patria” es la gran estrella que la Providencia nos regaló. Dejémonos guiar por ella en este tiempo de adviento.

Belén nos llama

Junto con toda la Iglesia nos encaminamos en este Adviento hacia Belén que nos llama. Leemos en el evangelio: “…y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre” (Lc 2, 7). Aquel que no lo contiene el cielo y la tierra nace en una aldea. Él, que es eterno, aparece en tiempos de Augusto. El Invisible se vuelve visible. Dios se hace niño. Ante este misterio sólo cabe caer de rodillas y adorar.

María lo recibe en su regazo. Ella le hace sentir la ternura y el cuidado de una madre, y escuchar el canto cálido que disipa los temores, acalla los lloros e invitar a dormir, le ofrece el pecho que calma el hambre, el calor humano que ahuyenta la soledad. El Dios niño experimenta por primera vez la caricia y la cercanía del amor humano.

Nuestro Dios nace en un pesebre, en medio de la sencillez y la pobreza. El no tiene miedo de ella. Al contrario la escoge para redimirla.

En este adviento preparemos nuestro corazón misionero, nuestras familias y nuestros misionados a vivir el misterio atrapante de Belén. Por eso preguntémonos: ¿qué me dice el misterio del nacimiento del Señor? ¿le ofrezco mi pobreza para que Él nazca en ella y me redima? ¿estimulo a mis misionados para que preparen la Navidad?.

Belén en la Campaña

La Campaña nace en una pequeña ciudad desconocida del Brasil, que lleva el nombre de la Madre de nuestro Señor: Santa María. Como Belén hoy esta ciudad es conocida por miles de personas en el mundo por la figura de Don Joao. Con instrumentos pequeños, Dios hace cosas grandes y se cumple la palabra: “Haz, Señor, cosas grandes con nosotros, pues tu nombre es santo...”

Así como María envolvió en pañales al niño, de la misma manera Don Joao le entregó a la Peregrina todo su amor. “Me coloqué solamente como un pequeño instrumento, como un chiquito. Que Ella me llevase a donde quisiese. Yo iría adonde Ella me indicara, aun estando enfermo”, “tenemos que ser como la caña de azúcar que lo entrega todo…” Ella espera de nosotros lo mismo.

A través de la Campaña Dios llega a “todos los pobrecitos” y no excluye a nadie. La Peregrina hace de nuestras familias, colegios, fábricas, cárceles, universidades, shopings, clubes, un nuevo Belén. Lo único que espera, es que le abramos la puerta. Como misioneros en adviento tenemos que salir a tocar las puertas para que se abran al Señor y de esa manera puedan experimentar un nuevo nacimiento, un nuevo vigor, una nueva esperanza en esta Navidad.

Preguntémonos: ¿cuál es el Belén al cual Ella me pide que la lleve para hacer nacer al Señor?. Ponte en camino rápidamente hacia él pues la Virgen esta con prisa.

Les deseo a todos un bendecido tiempo de adviento y una feliz Navidad. Junto al pesebre en la Nochebuena rezaré por todos ustedes, sus familias y todos sus misionados .

P.JUAN JOSÉ RIBA


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