Reflexiones del Padre Kentenich para Rectores, Jefes y Lideres Schoenstattianos


“Y ahora me han nombrado Director Espiritual sin que haya hecho absolutamente nada para ello. En consecuencia debe ser voluntad de Dios. Por eso, acojo esta voluntad, firmemente decidido a cumplir del modo más perfecto, mis deberes para con todos y cada uno de vosotros. Me pongo, por lo tanto, enteramente a vuestra disposición, con todo lo que soy y tengo; con mi saber y mi ignorancia, con mi poder y mi impotencia, pero por sobre todo, os pertenece mi corazón.

Sólo el tiempo que de vosotros me reste servirá para la realización de mi idea predilecta.
Espero que nos entendamos bien. Espero que haremos todo lo posible por alcanzar, del modo más perfecto, el fin común que nos hemos propuesto. ¿Cuál es, entonces, nuestro fin? La pregunta es importante, porque de su respuesta dependen nuestras relaciones en el futuro. Por eso os respondo clara y brevemente:
Bajo la protección de María, queremos aprender a educarnos a nosotros mismos, para llegar a ser personalidades recias, libres y sobrenaturales.”

Este es un texto cortito sacado del Acta de Prefundación. En ella el PK manifiesta un par de cosas. En primer lugar su plena confianza en la Divina Providencia, en los planes de Dios. El PK era un sacerdote que quería dedicarse a otra cosa. Sin embargo, sus superiores le encargan la dirección espiritual de estos jóvenes. Y él supo perfectamente acoger este encargo, considerándolo la voluntad de Dios.

Pensando en uds como rectores, seguramente más de uno pensó que le hubiera gustado hacer otra cosa en estas vacaciones, o quizás ir a la misión pero disfrutarla como uno más, sin embargo, tienen en sus manos una tarea muy importante, porque son personas las que se les han confiado. En definitiva, la primera invitación fue hecha y su respuesta dando el sí, fue el de decir de alguna forma si a la voluntad de Dios.

Pero ese sí tiene que ser como el del PK: en qué sentido? Cumpliéndola del modo más perfecto, entregando todo, poniendo todo de uds, dejando todo en la cancha. Es la única oportunidad que tienen de responder a este pedido. Y hacer las cosas del modo más perfecto no significa que la misión salga excelente, que los resultados sean los mejores, que vaya mucha gente, que se consiga mucha plata. Todo eso también. Pero hacer las cosas del modo más perfecto es hacerlo como dice el PK: entregando el corazón. Chicos, si no ponen su corazón en esto, puede que todo lo anterior salga, pero no habremos respondido a los planes de Dios. Son uds los encargados de llevar a cada misionero a la Santidad. Y los corazones se ganan con corazones.
Sin duda todo esto así como se ve parece algo complicado y difícil. Por eso el primer paso es el que nos dice el Padre: ponernos bajo la protección de María, tener un capital de gracias y mucha oración. Eso no puede faltar. Si quieren dar realmente todo su corazón tienen que rezar chicos por esta misión, encomendarse en las manos de
la Mater insistentemente.

Una vez en las manos de María, no van a tener miedo a dar estos saltos mortales que implican la misión.

Como pueden ver el PK, a pesar de que dijo estas palabras hace casi 100 años, nos las regala para que imitemos su entrega y su dedicación y para que, como él, sepamos escuchar a Dios y su voluntad, sabiendo que en la medida en que la llevemos a cabo, todo saldrá según los planes de Dios.

Son tres entonces los mensajes:

- ponerse en manos de la Mater

- escuchar su voluntad

- entregar el corazón en esto

(Colaboración de Javier Mirande)

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