CARTA DE ABRIL DEL P. JUAN JOSÉ RIBA


Sión del Padre, 31 de marzo de 2009

QUERIDOS MISIONEROS DE LA VIRGEN PEREGRINA :
Les escribo estas líneas antepuertas de la Semana Santa , la gran semana de Jesús que quiere llegar a ser nuestra semana. La celebramos en un año con una clara consigna: acercar a nuestros niños a la Sma. Virgen y vivir la filialidad heroica.
La clave de la filialidad de Don Joao
Don Joao escribió una vez: “Héroe hoy: sólo pronunciando estas palabras no temo más nada”. Para él la filialidad estaba teñida del heroísmo. Era arrojarse audazmente en los brazos de María, confiar sin límites en Ella y su poder, buscar y cumplir lo que Ella esperaba de él con un corazón generoso. Él vivía según la ley de la generosidad: “un poquito más”. Por eso decía permanentemente: “No solamente debemos cumplir con nuestro deber. Esto es lo que corresponde hacer. Debemos ir más allá del deber”. La consecuencia de todo esto era un inmenso coraje: no le tenía miedo a nada ni a nadie.
Viviendo en esta clave su ser niño sabía que enarbolaba una bandera de triunfo que vencía todas las dificultades y le hacía experimentar esa dimensión de Victoriosa que tiene el título de la Virgen de Schoenstatt, a quien había entregado su corazón de misionero.
Nosotros, como misioneros de la Campaña , hemos sido llamados a participar de ese mismo espíritu de la filialidad heroica. La fuente del mismo mana en nuestros Santuarios y ermitas. Ahí la Mater quiere regalarlo a manos llenas a todo aquel que se acerque y se lo pida con fe.
Preguntémonos: ¿vivo con heroísmo mi ser niño ante Dios? ¿voy más allá del deber o me conformo con lo mínimo? ¿pido esa filialidad victoriosa cada vez que peregrino al Santuario o la ermita?
Jesús manifiesta con su vida la filialidad heroica
En la Semana Santa podemos contemplar como Jesús vive heroicamente su filialidad pues hace lo que le agrada al Padre (cfr Jn 8,29). Dios le pide entregarse por sus hermanos, ser el cordero inmolado para que los demás puedan vivir la vida nueva que llevaba en sí mismo.
Al aceptar como hijo este camino, Dios no lo abandona sino que lo resucita de la muerte, le da la victoria final sobre el mal. La filialidad suplicante de Jesús abre la omnipotencia del Padre que lo rescata de la muerte y lo coloca por medio de la resurrección como juez de vivos y muertos. Por eso la Iglesia canta con gozo en la Pascua : “Cristo resucitó, aleluya”. Ella sabe que la resurrección de Cristo es anticipo y anuncio gozoso de nuestra propia resurrección.
Como misioneros de la Virgen Peregrina queremos dejarnos tocar por la gracia de la resurrección de Jesús. En este año esperamos que ella “ponga de pie “en nosotros una filialidad heroica y victoriosa. Queremos gastar nuestra vida por Él como lo hiciera Don Joao llevando a la Peregrina por todos lados, no acobardarnos ante las dificultades, tratar todos los días de “hacer un poquito más”, ser más “burritos” de Ella al servicio de su pueblo.
Preguntémonos: ¿hago siempre lo que le agrada a Dios Padre? ¿soy un misionero que vive de la fuerza nueva de la resurrección? ¿gasto mi vida por Él?
¡Felices pascuas de resurrección para todos!. Recemos por la fecundidad de la Jornada de representantes que se lleva a cabo el 18 y 19 de abril.

P. JUAN JOSÉ RIBA

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