Esta Noche y mañana, festejamos el nacimiento del Niño Dios. Dios que - cumpliendo su promesa- se hace hombre por amor a nosotros para compartir nuestra vida , liberarnos del mal y salvarnos para el amor y la vida eternos. Esto es lo que celebramos.
Para los que creemos , este hecho mismo es el regalo que Dios nos hace y que se renueva en cada día. No necesitamos un regalo especial de Navidad. El ya lo trae. Sí podemos pensar qué regalo le hacemos nosotros; quizás baste con hacer lo que nos enseñó su Madre en Caná: " Hagan lo que El les diga". Poner nuestra vida enteramente en sus manos para que El obre por nosotros.
Tomarnos en serio que El es el "camino, la verdad y la vida" y seguir su camino de justicia y misericordia, vivir y proclamar su verdad de amor que se da generosamente y entregar nuestra vida en el servicio desinteresado a los demás, tal como El dio su vida por nosotros.
Para los que no creen, pero son hombres de buena voluntad, vale la pena reflexionar su mensaje y su vida. El es el revolucionario auténtico , el transgresor de la historia . Porque su revolución rompe toda la aparente lógica de las victorias humanas: se hace en el servicio a los demás, en la humildad, en el sufrimiento de la cruz y no con violencia, sino con amor que se entrega hasta la muerte. En sus palabras y obras nos da referencias claras de cómo conquistar la justicia, la paz y la dignidad humanas. Para quienes no son indiferentes ante la violencia, la pobreza, la exclusión y el desamparo, en El pueden encontrar la guía, el ejemplo y el aliento para colaborar en construir un mundo más justo. A todos nos dice que " no hay mayor amor que dar la vida por los amigos" como la dio El por todos nosotros ya que para todos iba dirigido su amor fraternal.
Un seguidor de El, él más humilde de la historia, el que abrazó la pobreza por amor a El, San Francisco de Asís nos enseñaba cómo celebrar la Navidad cada día:
"Nosotros concebimos a Cristo cuando lo amamos con sincero corazón y con conciencia recta, y lo damos a luz cuando realizamos obras santas que lo manifiestan al mundo."
Ojalá que todos podamos disponer el corazón para recibirlo, ya que vino para todos y cada uno.
Rainer
Para los que creemos , este hecho mismo es el regalo que Dios nos hace y que se renueva en cada día. No necesitamos un regalo especial de Navidad. El ya lo trae. Sí podemos pensar qué regalo le hacemos nosotros; quizás baste con hacer lo que nos enseñó su Madre en Caná: " Hagan lo que El les diga". Poner nuestra vida enteramente en sus manos para que El obre por nosotros.
Tomarnos en serio que El es el "camino, la verdad y la vida" y seguir su camino de justicia y misericordia, vivir y proclamar su verdad de amor que se da generosamente y entregar nuestra vida en el servicio desinteresado a los demás, tal como El dio su vida por nosotros.
Para los que no creen, pero son hombres de buena voluntad, vale la pena reflexionar su mensaje y su vida. El es el revolucionario auténtico , el transgresor de la historia . Porque su revolución rompe toda la aparente lógica de las victorias humanas: se hace en el servicio a los demás, en la humildad, en el sufrimiento de la cruz y no con violencia, sino con amor que se entrega hasta la muerte. En sus palabras y obras nos da referencias claras de cómo conquistar la justicia, la paz y la dignidad humanas. Para quienes no son indiferentes ante la violencia, la pobreza, la exclusión y el desamparo, en El pueden encontrar la guía, el ejemplo y el aliento para colaborar en construir un mundo más justo. A todos nos dice que " no hay mayor amor que dar la vida por los amigos" como la dio El por todos nosotros ya que para todos iba dirigido su amor fraternal.
Un seguidor de El, él más humilde de la historia, el que abrazó la pobreza por amor a El, San Francisco de Asís nos enseñaba cómo celebrar la Navidad cada día:
"Nosotros concebimos a Cristo cuando lo amamos con sincero corazón y con conciencia recta, y lo damos a luz cuando realizamos obras santas que lo manifiestan al mundo."
Ojalá que todos podamos disponer el corazón para recibirlo, ya que vino para todos y cada uno.
Rainer
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